Tomé asiento esperando a que llegara aquel bendito transporte, sin notar tu presencia a mi lado; la borrachera y el miedo que tenía no me permitían concentrarme en nada más, tan solo deseaba alejarme de ahí lo más pronto posible, por eso pasaste desapercibido para mí en ese momento. No fue sino el estruendoso ruido que se alcanzó a escuchar proveniente de las cercanías que me hizo notarte y pegar un tremendo grito del susto que me dio por verte ahí, tan cerca de mí salido de la nada. Reíste ante mi infantil acción, debo imaginar que mi rostro fue de lo más gracioso en ese instante como para sacarte una sonrisa de tus hermosos labios. Creo, me sonrojé un poco ante aquello y aún con la vergüenza denotada en mi voz logré hablarte.
- no es graciosos sabes…
- si lo es, fue muy divertido ver tu expresión justo ahora y tu grito no fue muy varonil que digamos ^^
- eh?? mi grito??- cuando había hecho tal cosa- me pregunté, ni siquiera me di cuenta de ello.
- ¿Qué pasa? ¿te molestó mi comentario? Lo lamento, fue solo una broma, Inoo Kei desu- dijiste ofreciéndome tu mano en saludo.
Te miré un poco extrañado - Arioka Daiki- dije tomando tu mano sin saber que en ese mismo instante sellé un pacto que me llevaría a la perdición… la dulce perdición…
No sabría decir cuanto tiempo estuvimos charlando, puesto que tu compañía era tan agradable, que no tomé en consideración el tiempo sino hasta que se vislumbró en el cielo los primeros rayos del sol, solo ahí caí en cuenta de que era hora de volver a casa, por más que no quisiera.
Me acompañaste hasta la parada de taxis y con otro apretón de manos depositaste un objeto en mi mano, me fijé en este algo contrariado- pero ¿cómo?- atiné a decir, lo que tenía en la mano era nada más y nada menos que mi celular ¿acaso es carterista? Pensé en mis adentros, aún shockeado por lo ocurrido.
Sonreíste ante mi asombro- ya me he agregado a tus contactos, así podemos comunicarnos en otra ocasión. Mi expresión cambió ante aquello, y sin darle más vueltas al asunto te devolví la sonrisa; tal vez si hubiera analizado mejor las cosas en su momento no me habría causado tantos problemas, si tan solo hubiese detenido todo en un principio tal vez y solo tal vez no te amaría incluso ahora y sufriría por ello…
Me subí al coche y emprendí el camino a casa, al girarme para verte por última vez me hiciste una señal de espedida acompañada de una cálida sonrisa en tu rostro, de las pocas que puedo recordar, o mejor dicho de las pocas que me regalaste…
Apreté el celular en mi mano con fuerza mientras te veía, estaba muy entusiasmado de ser capaz de seguir comunicado contigo y ansioso de volver a verte, que ingenuo ne?
Pero esa emoción por, y al verte, fue creciendo con tan solo días y al darme cuenta de ello me vi completamente atrapado por ti, cuando me percaté ya me tenías enteramente en tus manos y yo… yo estaba bien con eso…
Estaba bien con todo lo que tenía que ver contigo, había decidido amarte en silencio, estar a tu lado sin importar ya nada, aunque ante tus ojos era solo un amigo, así lo había decidido. Pero no todo es como uno lo planea, a veces el destino es cruel y juega contigo de maneras insospechadas llevándote al límite de la estupidez y la locura, de ello me di cuenta ese fatídico día…el día que la conocí .
No hay comentarios:
Publicar un comentario