Best Friends

Es la primera vez que hago algo de esta pareja y de verdad no se si esté bien
Pueden golpearme e insultarme si desean, porque esto es una $@%#!


Espero que les guste


Parejas: YamaJima
Género: Shonen Ai, Angst, lime.
Extensión: Drabble


Las cursivas son flash back.

El estar allí sentado era la mayor prueba que había tenido en toda mi vida… El tener que sonreírle a todos, fingir que estaba bien, hacerme de cuenta que el verte ahí parado me hacía feliz, era lo más difícil que había hecho hasta ahora. Me estaba cansando de aparentar lo que no sentía, me dolían las mejillas por sonreír; y el corazón se me desgarraba aun más a cada segundo, pues con cada segundo que trascurría, te ibas distanciando de mí.

Y ahí estabas tu, tan radiante, tan hermoso… Ibas vestido de blanco, irradiando felicidad con cada paso que dabas, y al mismo tiempo destruyéndome por completo, mandando al demonio mis ilusiones, las promesas que te hice y mis sueños de una vida a tu lado. Entendiendo que para ti no fui más que alguien con quien saciar tus ganas, sin embargo, yo me entregué con cada beso, te di mi alma en cada caricia, te daba mi corazón cada vez que hacíamos el amor.

Porque para mí lo eras todo…

Un gemido cargado de placer se escapó de mis labios nuevamente. Debía ser discreto y guardar silencio, más no podía controlarme… el sentir el tacto de su piel, su respiración agitada chocar contra mi nuca y su endurecido miembro penetrando con lentitud en mi cuerpo, era simplemente algo que no podía contener. Me apoyé de la pared con ambas manos, pegando mi rostro totalmente contra ella para poder inclinarme más y sentir por completo su longitud dentro de mí.

Y las rápidas embestidas no se hicieron esperar; comencé a mover las caderas a su ritmo, mientras él me penetraba con ímpetu. Ladeé un poco el rostro e intenté mirarle, Yuto sonreía levemente y dejó escapar un jadeo antes de besar mi cuello con ardor y apretar mis caderas con fuerza, haciéndome gemir nuevamente, cerré los ojos, abandonándome por completo a aquella placentera sensación. Nos encontrábamos en las duchas de la escuela, aprovechando que estábamos completamente solos y que nadie nos molestaría; me detuve al sentir que salía de mi cuerpo con lentitud, lo miré con una interrogante y él, sin decir nada solo me besó en los labios apasionadamente, colocando una de mis piernas alrededor de su cintura antes de penetrarme nuevamente. Gemí contra tus labios y me impulsé hacia arriba, dejando la otra pierna al otro lado de su cintura, rodeando tu cuello con mis brazos mientras él controlaba mis movimientos, haciéndome subir y bajar sobre su hombría 

-         Ahh… Yuto… así…- susurré entrecortadamente contra tus labios

-         ¿Quieres… más?- contestó mordiendo mi labio inferior con fuerza, propinándome salvajes estocadas que me hacían  gemir como un poseso, llevé una mano hasta mi desatendido miembro y comencé a masturbarme con rapidez, deleitándome con sus gemidos, excitándome más a cada momento

-         Te amo… ahh- gemí nuevamente- te amo Yuto- musitaba mientras gemía y llenaba mis manos y su vientre con mis fluidos; más él no respondió nada. No dijo aquel “yo también te amo” que siempre espere…

Y nunca, nunca lo dijiste. Siempre he sido “tu mejor amigo” frente a todos, tu compañero de estupideces y quien guardaba tus secretos, alguien que siempre ha hecho hasta lo imposible por verte sonreír, siempre lo he hecho. Incluso hasta te presenté a la persona que si verdaderamente amaste, les ayudé cuando se peleaban, les aconsejé a ambos y ahora mira…

Era el padrino de tu boda.

Todos los invitados se pusieron de pie al ver que la novia llegaba, iba con un hermoso vestido y el vaporoso velo ocultaba su rostro. ¿Quién me iba a decir que mi hermana menor se iba a quedar con el amor de mi vida? Y yo me sentía como un completo idiota al nunca haber reclamado nada, nunca haber dicho nada, y tú, al nunca tomar en cuenta lo que sentía, por haberte valido nada mis sentimientos.

Sonreíste abiertamente en cuanto mi padre te entregó su mano, la apretaste y le susurraste un te amo, que solamente ella y yo pudimos escuchar. Aquellas dos palabras que deseé desde el fondo de mi corazón que un día fuesen para mí, y que solo sería eso, un simple deseo, una ilusión que nunca llegaría a ser realidad.

Mi madre lloraba a cántaros, los invitados esperaban expectantes el beso que diera por sellado su juramento ante todos y ante Kami. Mis ojos se llenaron de lágrimas cuando te vi apartarle el velo con delicadeza, acariciar una de sus mejillas y mirarla a los ojos con intensidad antes de besarla frente a todos. Era un hecho, te había perdido para siempre, aunque no te había perdido, ya que nunca fuiste mío, ni siquiera cuando me dabas tu cuerpo…

Pero era feliz por ti, pues con ella encontraste el amor y todo lo que no pudiste hallar conmigo. No por ello me alejaría de ti, continuaría a tu lado haciéndote reír, tonteando contigo, tal y como siempre he sido para ti.

Como tu mejor amigo.