SHAMELESS

Esto salió una noche en la que trataba de consentir a Iza y bueno, a ella le gustó
espero que a uds también ^^

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Le encantaba darle por detrás, la vista era excelente, podía ver a la perfección esa nívea espalda y ese culo tan redondo que lo calentaba como nada, con sus manos estrujó fuertemente los glúteos del otro haciéndolo gemir más escandalosamente, le encantaba esos arranques sádicos que tenía de vez en cuando. Siguió penetrándolo con fuerza haciendo que su entrada se comprimiera más, brindándole una sensación de gozo única e inigualable, oh, como le gustaba cojérselo así, a él, solo a él, el maldito mocoso sexópata que no le importaba hacerlo donde fuera, y ahí estaban, en el baño de aquel restaurante, importándoles poco si los comensales afuera escuchaban sus sonoros gemidos…
Mientras estaban en pleno acto, ni se percataron de que alguien mas había  entrado al baño y ahora disfrutaba de aquella espectacular vista, y es que los muy desvergonzados ni se molestaron en entrar a un cubículo, las ganas por garchar eran tan grandes que en el momento en el que se vieron solos, comenzaron a desvestirse. Decir que esa persona se sorprendió por lo que vio es quedarse corto, se quedó de piedra completamente al ver tal escena, pero eso solo duro unos cuantos segundos porque, lo que ahora tenía como piedra era su miembro! La pareja  desbordaba lujuria y a cualquiera que los viera lo pondría en ese mismo estado. Llevó su mano lentamente a su, más que dura, erección, y lo acarició fuertemente por encima de la tela, sonidos provocadores escaparon de sus labios haciendo que la candente pareja lo notara, pero estos en lugar de sorprenderse o avergonzarse siquiera, se miraron por un momento con unas sonrisas mas que pícaras y se acercaron al chico que ahora los veía con algo de miedo por esas miradas llenas de deseo que poseían…
Sin decir ni una palabra, lo rodearon y comenzaron a desvestirlo, dejando ver su perfecta piel, chupando sus hombros a lo que le quitaban la camisa y lamiendo sus pezones, entre ambos lo dejaron desnudo en menos de un minuto, y sin aviso el menor se posicionó delante de su erguido miembro y con ayuda de su mano se lo introdujo de un solo movimiento en su estrecha cavidad, gimiendo alto por ello.
El castaño, por otro lado se puso detrás suyo y lo tomó de las caderas penetrándolo lentamente y sudando frío  por lo delicioso que se sentía estar dentro del desconocido, acerco sus labios a su cuello y lo beso, sintiendo el agradable aroma de su cuerpo y de su pelo ondulado que le quedaba perfectamente a esa cara tan hermosa que poseía y esos labios gruesos que prosiguió a chupar con desespero, solo por eso estaban teniendo un trío en ese momento.
Desesperado por comenzar a moverse, realizó el primer movimiento haciendo que el otro lo siguiera por inercia y penetrando al más pequeño como consecuencia, primero lento y pausado disfrutando del placer que les recorría el cuerpo, acariciándose suavemente mientras lo hacían, las ansias por moverse más a prisa no se hicieron esperar por mucho y comenzaron las envestidas salvajes y hasta violentas.
- ahhh mmmhhhhaaa..
-asiii mmm más fuerte!
-ahí ii te gus..tahh-
Gritaban  y gritaban del placer diciendo inclusive una que otra obscenidad, no era para menos, la sensación que los embargaba era exquisita y les recorría toda la espina dorsal llegando a sus partes bajas causando un éxtasis increíble.
Se vinieron casi al mismo tiempo con fuertes gemidos de placer. El castaño fue el primero en “liberar su miembro” seguido del pelinegro que trato de hacerlo lo más delicado posible para no dañar a su nuevo amante, el mayor de los tres parecía aún no conformarse con todo aquello así que los junto a ambos, los dio vuelta, los hizo ponerse de rodillas inclinándolos un poco y junto sus traseros dejando ver la entrada de los chicos, con el semen aún escurriendo por estas, las cuales no tardo ni un segundo en lamer, los otros soltaron unos leves gemidos al unísono cuando sintieron la lengua caliente del castaño entrar en ellos, los besaba, lamía, chupaba e introducía sus dedos habiéndoles retorcer de satisfacción. Deleitado con el sabor que acababa de probar, les dedicó una última caricia a sus nalgas y se levantó. Los pelinegros aún jadeando se pusieron de pie también y pasaron a vestirse para salir del baño, no sin antes besarse entrelazando las tres lenguas a como les venía en gana, aspirando las saliva de los otros saboreando más a fondo sus fluidos. Al salir del baño poca importancia les dieron a las personas que se les habían quedado mirando estupefactos al haber escuchado semejantes alaridos por parte de los tres, pero, ¿y eso qué?, se lo habían disfrutado al 100% y ahora se dirigían a la casa del mayor para pasar una noche aún mejor….