martes, 17 de julio de 2012

Tell me... why?- Capítulo 4


 Entré a casa con su cuerpo en mis brazos, aún sin comprender la mounstrosidad y el salvajismo con el cual la habían atacado, era esotérico…
Traté de curarle las heridas lo mejor que pude, limpiarlas y cambiarle de ropa, el solo verla con esas prendas era algo terrorífico, parecía un personaje sacado de alguna película de horror, la acosté en mi cama para que descansara mejor.
Me quedé en el sofá de la sala contemplando el techo toda la noche sin entender nada, quería preguntarle tantas cosas pero en un momento como ese no podía hacerlo, aún cuando la curiosidad me mataba, verla en ese estado tan deplorable fue un tremendo shock, y no quería ni imaginar como se encontraría ella cuando despertara.
Unos ruidos me despertaron, aún era de madrugada, me levanté apresurado pensando que podría ser Hana, y así era, la encontré parada junto a la cama con la vista perdida en la ventana.

-Hana-chan…-se dio la vuelta para verme.

-Dai…ki…- en ese instante comenzó a llorar, corrí para abrazarla con fuerza sobre mi pecho, tratando de brindarle aunque sea un poco de consuelo, su llanto desesperado me partía el alma pero no sabía que mas hacer en ese momento, ni siquiera sabía que fue eso tan terrible que le paso para tenerla asi.

Lloró toda la noche y lo único que hice fue abrazarla, no podía hacer nada más, ya cuando se calmó traté de que me dijera que fue lo que pasó, pero ella se negaba a hablar de ello, solo negaba con la cabeza y se cubría el rostro, no quise perturbarla más asi que deje de insistir, si la presionaba demasiado podría haberle causada otra crisis nerviosa y eso era lo que menos quería.
Ya habían pasado tres días desde lo ocurrido con Hana-chan y ella se quedó conmigo todo ese tiempo, no quería volver a su casa, me dijo que no se sentía preparada para ver a sus padres y explicarles los hematomas de su cuerpo, asi que optó por pedir permiso y quedarse conmigo por un tiempo, para ser sincero me sorprendió que no le pusieran trabas para ello pero no le di tanta importancia a la cosa, solo quería ayudarla en todo lo que pudiera. Traté de comenzar por sacarla a dar una vuelta, pues desde el “incidente” se negaba a salir a la calle y se la pasó esos días encerrada por eso decidí que era hora  de respirar un poco de aire y tratar de relajarse, le dije que la llevaría a una reserva a las afueras de la ciudad, nada mejor que los animales y la naturaleza para sentirse bien, o eso pensé…
Cuando llegamos al lugar estuvimos paseando por  al menos15 minutos cuando nos encontramos con Kei, ¿qué hacía él ahí? 

-¿Kei?- dije un tanto sorprendido, no esperaba encontrármelo ahí y al parecer estaba solo.

-¿Qué hacen ustedes dos juntos?- preguntó mirando a Hana, me extrañe por la forma en la que dijo aquello pero antes de pronunciar alguna palabra Hana salió corriendo y pude ver por unos segundos el pánico que reflejaba su rostro.
Salí corriendo detrás de ella dejando a Kei solo, aquella repentina acción me sorprendió mucho, ¿por qué había huido así?
Después de un buen trote logré alcanzarla, necesitaba saber que la alteró tanto.

-Hana, ¿qué pasa?-

- ¿eh? no, nada… dai-chan podemos irnos- dijo en tono suplicante.

-pero si no tiene mucho que llegamos, venga, vamos con Inoo y pasamos juntos lo que resta del día- dije tratando de calmarla.

-NO!!- gritó fuertemente, asustándome, ¿por qué actuaba de esa manera?

- pero ¿qué te pasa? Vamos, de seguro la pasamos bien- dije con una pequeña sonrisa.

- no… dai-chan… tu no entiendes…

-¿a qué te refieres con eso?-

-por favor, por favor, solo volvamos ¿si? Allá te contaré todo…- ante esa mirada no pude negarme, algo me decía que no iba a gustar lo que escucharía al llegar…

Cuando finalmente estuvimos en casa las dudas me comían, ahora si me diría lo que pasó esa noche.

-Daiki…- tomo un fuerte respiro- la verdad es que…




¡No podía creerlo! ¡¿Cómo fue capaz de algo así?!

No dejé de maldecirlo en todo el camino a su casa, la rabia me poseía, sentía como mi sangre hervía del coraje y la decepción tan grande que sentía en esos momentos, esa fue la única vez en la que un sentimiento parecido al odio se formó en mi interior hacia ti.
Apenas llegué toqué con fuerza tu puerta y al cabo unos pocos segundos tú abriste.

- ohh dai-chan, que te trae po - le lancé un golpe directo al rostro sin dejarlo terminar

-¡ERES UN MALDITO!- pronuncié con despreció. Lo tomé del cuello de su camisa y lo estrellé contra la pared- ¿cómo pudiste hacerle algo asi? ¡¿CÓMO?! ME DAS ASCO!-solo bajaste tu cabeza- dime ¿por qué lo hiciste? ¡MALDICIÓN KEI DIME!- exigí.

- jajajaja   JAJAJAJA, ¿qué no es obvio? Te odio…- tus palabras me hirieron tanto…

- ¿qué?- pregunté aún sin comprender.

- te odio- me miraste furioso- ¡TE ODIO!-




mmmm creo que las pastillas comienzan a hacer efecto, ya siento mi cuerpo adormilado, pero no es tiempo, no, todavía no, quiero seguir recordándote.

- ahhh Kei, no tienes ni idea de cuan doloroso fue eso, aún hoy hace que mi corazón se estruja al recordarlo, pero nunca cruzó por mi cabeza como terminaría ese encuentro..., nunca imaginé que “eso” podría pasar…-



1 comentario:

  1. Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Inoo hijo de @?!&% como pudo hacer aquello no tiene vergüenza es un asdasdasdas ya lo odio >:( ahora a leer el otro muero por más <3

    ResponderEliminar