Tell me...why?- Capítulo 5

Me empujaste con mucha fuerza haciéndome caer al frío suelo, cosa que aprovechaste para cerrar la puerta y ponerle seguro. Cuando regresaste a verme poseías una mirada casi diabólica y macabra, sentí miedo, por primera vez en mi vida sentía mucho miedo y de seguro mi rostro daba cuenta de ello, me tomaste con fuerza por el cuello de la camisa y prácticamente me arrastraste por toda tu casa hasta tu habitación, me arrojaste dentro y me encerraste, no sin antes dedicarme una sonrisa perversa. Al verme solo comencé a gritar, tocar la puerta con desespero pidiendo que me abras, golpeando la misma con furia pero nada pasaba, entré en pánico al pensar en lo que harías conmigo, dijiste que me odiabas, dijiste que lastimaste a Hana-chan por que me odiabas, si le hiciste eso a ella mi cuerpo temblaba del miedo de tan solo pensar lo que fueras capaz de hacerme a mí entonces, el objeto de tu odio.

Resignado ya solo me deje caer al piso, no tenía a quien pedir ayuda, o no quería, sabía muy bien lo que eran capaces de hacerle y aún después de lo que había hecho no quería que lo lastimaran de esa manera, creía que de eso me encargaría yo, que imbécil fui…

Pasaron al menos 10 minutos de estar sintiendo pena por mi mala fortuna cuando la puerta delante de mí se abrió y por esta apareciste con una soga en tus manos, te acercaste a mí, con gran fuerza me  ataste de manos y pies dejándome inmovilizado, me cargaste hasta una silla situada en la esquina de la habitación depositándome en ella y no bastándote con lo anterior me sujetaste a esta también, me amordazaste y acto seguido volviste a salir sin decir ni una sola palabra dejándome totalmente confundido, ¿que pretendías con todo esto ahora?

Me preguntaba y preguntaba que era lo que tenías preparado para mí, que clase de tortura me tenías prevista pero no concebía ninguna para esto. Luego de unos cuantos minutos escuché unos gritos venir de afuera de la habitación  y me asusté más que antes cuando reconocí una voz.

*No, no podía ser, ¡no!* pensaba internamente.

- ¿pero qué demonios crees que haces? ¡suéltame!-

- ¡cállate y entra de una maldita vez!- la arrojó  a la cama con mucha brusquedad.

En el momento en el que levantó la cara de la cama se dio cuenta de mi presencia, el asombro y la angustia que sentía se manifestó en ella, sabía que estaba tan sorprendida como yo con todo lo que estaba pasando.

-Comencemos con esto de una vez por todas- te acercaste a la cama y comenzaste a desvestirla con rapidez, mis ojos parecían salirse de sus orbitas, no podías hacerle lo mismo otra vez, no de nuevo, no delante de mí.

* para, por favor…detente, ya no sigas, no quiero ver, no deseo hacerlo… por favor…*

Comencé a llorar, sabía a la perfección lo que seguiría y no podía hacer ni put* cosa para detenerlo, nada, más que ver como violaban a mi amiga por segunda vez, ahora delante de mí y sin poder evitarlo.

La pusiste boca abajo y le arrancaste la ropa interior, por más que trataba de apartarte no lograba hacerlo, por más que yo trataba de zafarme de las cuerdas que me apresaban no conseguía ni siquiera aflojarlas, la desesperación crecía en mi interior y más aún cuando empezaste a desabrocharte el cinturón, la impotencia llego a mi máximo cuando la penetraste sin compasión alguna, ante esto solo cerré mis ojos fuertemente y seguí llorando con más intensidad.

- te gusta eh put*, es así como te gusta o ¿no? Jajaja

-bast-…a, ya no sigas…si l  lo haces no sere ca capaz de…

- pero es así como te gusta, no eres mas que una perra ¡toma!

Y arremetiste contra ella de manera salvaje, lo único que Hana hacía era esconder su rostro y ahogar sus gritos de dolor en la almohada.

No se atrevió a mirarme en ningún momento, tampoco lo hizo cuando te saliste de ella, solo recogió su ropa regada y hecha pedazos y se fue de ahí con su rostro deformado de las lágrimas y cubierta nuevamente de moretones, dejándonos solos…