Este two shot surgió porque quería sorprender a mi mejor amiga...
A ella le encantó, era un shot, pero me pidió un segundo.
Al parecer promete esta pareja
Quizás se lo encuentren un poco raro al leerlo, pero
luego les gustará, porque tiene su morbo xd
no me gusta separar al InooDai, pero esta pareja ya me encanta *-*
Ahí se los dejo
Parejas: MatsuDai (?) Jun Matsumoto x Arioka Daiki
Género: Lemon
Capítulo 1
El haberle conocido fue
aquello que le dio un antes y un después a toda mi vida. Nunca imaginé que
sería uno más de sus muñecos, otra marioneta más con la que se entretenía, otra
victima más de su sádico y maléfico juego; juego del cual yo quería más y más.
Juego al cual me había vuelto adicto.
¿Cómo olvidar el día que
comenzó todo esto? Si para mí ha sido lo más importante que me ha sucedido. Lo
se, solo soy yo quien le doy importancia, pues sabía que solo me veía como
alguien con quien tener un revolcón, alguien con quien saciar sus ganas, más yo
me sentía feliz, pues aunque fuera de esta forma podía estar a su lado, y eso
era lo que deseaba ¿no?
Iba caminando por uno de los
pasillos del enorme edificio de la
Johnny ’s Entertainment. Chinen iba a mi lado, hablándome de
lo sucedido en su cita con Yama-chan, y mientras andábamos por ahí, pude verle,
estaba dándole clases de canto a algunos juniors; como siempre, me quedé
mirándole embobado, no sabía que era lo que tenia, pero me tenia totalmente a
su merced, a pesar de ser un pedante engreído que tenía ínfulas de ser el rey
del mundo. Se volvió hacía atrás y nuestras miradas se encontraron, alzó una de
sus pobladas cejas y sonrió, haciéndolo yo también de solo verle, pero su
sonrisa estaba cargada de cinismo, como siempre…
-
Oye Dai-chan, ¿pasa algo?- inquirió Chinen mirándome
preocupado
-
¿Ah?- dije distraído- no, no pasa nada. Es solo que…
-
¿Qué?...
-
Nada, olvídalo- negué con la cabeza, restándole
importancia- entonces, decías que Yama-chan y tu fueron a…
-
Si, te decía que me llevó al cine, la película fue
bastante mala, pero igual la pasé genial con él…- Chinen volvió a hablar sobre
lo fabuloso que era su novio y lo bien que lo habían pasado juntos, mientras yo
trataba de no volver a pesar en aquella sonrisa que ese ser me había regalado.
Si, en teoría, yo detestaba a las personas con su perfil; siempre creyéndose la
gran cosa y pisoteando a los demás. Tal y como hacía conmigo cuando tenía que
tomar lecciones de canto con él.
Aquella tarde, estaba en uno
de los salones de música esperándole. Tenía quince minutos de retraso, con un
suspiro de impaciencia, miré mi reloj de pulsera, ahora contaba veinte minutos
de espera. Justo en ese momento, la puerta se abrió, y ahí estaba él, llenando
la habitación con su electrizante presencia, con su aroma, con todo lo que en
conjunto el conformaba
-
Llegas tarde- le recriminé a modo de saludo
-
Y a mi qué- contestó encogiéndose de hombros- tuve
unos asuntos más importantes que resolver…
-
Ah- musité alzando una ceja- si su Majestad se
encontraba tan ocupado, pudo decir que no a estas lecciones, así me evita a mi
el esperarle y a usted que tenga tiempo para que pueda “resolver” sin problema sus asuntos- dije cruzándome de
brazos. Él me observó divertido y esbozó una media sonrisa, dejando a la vista
su perfecta dentadura
-
Y ahora el cachorro me va a decir a mi lo que tengo
que hacer… A ver como te diriges hacia mí pequeñín, pues soy tu sempai y
quieras o no tienes que respetarme- dijo acercándose lentamente hacia mí
-
Pues deberías de respetarme primero. El respeto se
gana, no se exige, Matsumoto sempai- contesté con una sarcástica sonrisa
-
Perdóname Arioka-kun, no volveré a hacerte esperar…
¿Mejor?- se detuvo frente a mi
-
Como quieras, empecemos con esto, pues ya quiero
largarme de aquí- murmuré de mala gana
-
¿En serio quieres irte? Yo también- volvió a sonreír-
¿sabes? Hoy haremos algo distinto
-
¿Ah si? ¿Qué haremos? Dime que no me darás lecciones, así
podremos irnos de acá…
-
Técnicamente, no. Las clases de hoy, serán en mi casa-
abrí la boca para protestar- y será mejor que no digas nada. Ya verás que te
gustarán- agregó tomando mi mano para sacarme de allí con rapidez, ambos
tomamos nuestras cosas y salimos del edificio, sin poderme despedir de mis
amigos. Nos subimos a su lujoso auto y el emprendió el rumbo hasta su
apartamento; durante el camino no dijimos nada, solo nos mirábamos de vez en
cuando… mi cuerpo temblaba ligeramente. No entendía el porque me sentía tan
nervioso, si solo era Matsumoto Jun, el imbécil de mi sempai al cual no
soportaba por ser un idiota y un pedante. Vamos Daiki, sabes que te pones
nervioso, porque a pesar de ser un imbécil de mierda, te gusta; te encanta que
sea así, pues eso es lo que más ha llamado tu atención y a pesar de que te
dejase esperándole por mucho rato, te encanta tomar las lecciones de canto con
él. Me dijo una vocecilla interior, maldije por lo bajo, pues mi subconsciente
tenia toda la razón.
En cuanto llegamos a su
apartamento, no pude evitar sorprenderme. Vivía en un penthouse en uno de los
edificios más lujosos de Tokyo, aquel lugar era precioso, y ni hablar de la
hermosa vista que se tenía desde esa altura. Me quedé parado en el enorme
ventanal, contemplando las luces de la ciudad
-
No te quedes ahí parado, recuerda que viniste a tomar
las lecciones- escuché que dijo a mis espaldas
-
Si, gomenasai- hice una pequeña reverencia y me volví
hacía él. Estaba sentado en un mullido sofá blanco y se había quitado la
sudadera, quedando tan solo con una simple camiseta azul celeste. Tomé asiento
a su lado, tratando de pensar en otra cosa para no concentrarme en el olor de
su perfume.
Luego de una hora o más, dio
por terminada la lección, poniendo los ojos en blanco, y apartándose el
flequillo de la frente
-
Estuviste bien, dentro de poco, no necesitarás más
lecciones- comentó con una sonrisa
-
Gracias- sonreí levemente
-
Y ahora, ya vete. Tengo cosas que hacer y me estorbas-
me indicó con un gesto que me pusiera de pie
-
Demo… Matsumoto-kun, no se me ir solo- protesté
-
Ese no es mi problema, toma el tren. No ha de ser tan
difícil- apreté los puños, en serio quería golpearle, ¿cómo era posible que me
gustara alguien como él?
-
¿Si estabas tan apurado, para qué demonios me trajiste
a tu casa?
-
No lo se- se encogió de hombros- ¿Sabes por qué estoy
tan impaciente porque te vayas?- negué con la cabeza, esperando otra de sus
respuestas sarcásticas e hirientes- porque estoy esperando a alguien, y si ese
alguien te ve, no querrá hacer nada conmigo…- él también se puso de pie y se
acercó hasta mi, lo suficiente como para ponerme nervioso. Se inclinó hasta
dejar sus labios cerca de mi oreja y susurró- a menos que tu lo hagas…- un
escalofrío me recorrió por completo al escuchar aquello
-
Me… mejor me… me voy en el tr… tren- tartamudeé con
nerviosismo. Él rió por mi reacción
-
¿Qué pasa Arioka-kun? ¿Me tienes miedo?- alzó una ceja
y sonrió con malicia. Comencé a retroceder lentamente hasta chocar contra la
pared, Jun caminaba hacia mí, sin apartar su mirada de la mía. Al parecer
disfrutaba al máximo de verme aterrado, al estar frente a mi, me acorraló
contra la pared, poniendo ambos brazos, uno a cada lado de mi cabeza, dejándome
sin escapatoria alguna- ¿Me temes?- volvió a preguntar, esta vez en un tono
bajo y cargado de tanta sensualidad, que sentí como mi piel se erizaba tan solo
de escucharle
-
No…- intenté sonar convincente, pero mi voz tembló
-
Bien, tomaré eso como un si- lamió su labios mientras
miraba los míos- pensándolo bien, Sho puede esperar… me interesa más el probar
cosas nuevas…- ahí estaba susurrando otra vez. Me estremecí al notar su mirada
sobre mi boca, mordió su labio inferior; maldita sea, ¿por qué demonios no me
besaba ya?
Sentía el corazón latir
apresuradamente, me sentía aterrado, pero al mismo tiempo, quería sentirle.
Tenía los labios resecos y me pasé la lengua por ellos, a lo que mi sempai lo
tomó como una invitación; inclinó el rostro y unió su boca con la mía,
besándome con lentitud, pero con aquella experiencia que se obtiene con los años. Nuestros labios encajaban a la perfección, una de sus manos de
posó sobre mi cintura, mientras yo entreabría los labios dejando que su lengua
penetrara en mi boca, explorándome, saboreándome y sobre todo, excitándome.
Rodeé su cuello con mis brazos, atrayéndolo totalmente hacia mí. Se suponía que
esto estaba mal, él era muchísimo mayor que yo y esto no era correcto, ¡el era un
hombre! Mas a mi me importaba muy poco, yo solo quería seguir disfrutando de
aquella deliciosa sensación. Enredé los dedos en su espeso pelo y me puse de
puntitas, tratando de alcanzarle; nuestras respiraciones se habían agitado un
poco y necesitábamos aire, más ninguno quería parar. Al menos yo quería
continuar con aquello.
Jun me tomó por las caderas,
subiéndome a horcajadas sobre él, enrosqué las piernas alrededor de su cintura.
Nos separamos para buscar aire
-
¿Por qué me besaste? Si yo te caigo mal- susurré
contra sus labios
-
Para nada, solo lo hacía para aparentar… en verdad
moría por hacer esto- mordió mi labio inferior y sonrió, llevándome nuevamente
hasta la sala. Allí me dejó sobre el sofá y se colocó sobre mi; volviendo a
besarnos, esta vez con más intensidad; su lengua se enredaba con la mía,
haciéndome sentir un enorme calor que embargaba mi cuerpo y se concentraba en
mi entrepierna… subí una pierna hasta la altura de su cadera y lo tomé por el
rostro, mordiendo su labio inferior con un poco de brusquedad. Sus manos se
adentraron bajo mi camiseta, y comenzó a acariciar mis pezones con sus
pulgares, provocando que éstos se endurecieran por ese leve roce, ahora los
apretaba con sus dedos, haciéndome jadear mientras me besaba. Nunca imaginé que
sentiría todas estas cosas con tan solo una simple caricia y con algunos besos.
No quería quedarme sin hacer
nada, así que comencé a besar su cuello con suavidad mientras llevaba una mano
hasta el bulto que palpitaba en sus pantalones. Jadeé de solo saber que el
estaba así por mi; Jun me quitó la camiseta, inclinándose a lamer uno de mis
pezones, mientras continuaba acariciando, y pellizcando el otro, haciéndome
gemir esta vez. Cerré los ojos y me contuve, mordiendo mi labio inferior con
fuerza, pero otra vez sentí la calidez de su lengua y me sentí perdido
completamente, gimiendo sin poder contenerme, al abrir los ojos, lo vi sonreír,
disfrutando por completo el verme mal. Me incorporé y lo besé nuevamente,
quitándole la camiseta con rapidez; nos movimos en el sofá, quedando yo encima
suyo esta vez. Quería darle placer, quería demostrarle que aunque fuese
muchísimo menor que él, podía hacerlo enloquecer…
Me incliné a besar su pecho,
deleitándome con el aroma de su piel, tan sensual, tan masculino, tan como él.
Llevé uno de mis dedos hasta mis labios y lo humedecí un poco, frotándolo luego
contra uno de sus pezones, contuve un jadeo al sentirlo endurecer bajo mi
caricia y suspiré al escucharlo jadear débilmente; aquel sonido hizo que mi
temperatura corporal aumentara aun más y quería, deseaba escucharlo nuevamente;
así que esta vez volví a acariciarlo, pero con mi lengua. Dándole lentos
lametazos, mientras veía como mi amante suspiraba y sonreía, conteniéndose a
más no poder, con lo desesperado que me encontraba por escucharle jadear, por
verlo disfrutar…
Sabia que lo hacía adrede,
sabía que lo hacía para impacientarme. Más yo sabía que iba a lograr lo que
quería; bajé la cremallera de sus pantalones con lentitud, bajándoselos solo un
poco junto con sus boxers, dejando su miembro al descubierto. Gemí de solo
verlo, estaba tan duro y tan caliente…
Sin pensármelo ni dos veces,
me lo introduje en la boca, succionándolo con suavidad, lamiendo la punta y
ejerciéndole presión con mis labios. Jun comenzó a gemir por lo bajo y cerró
los ojos, moviendo las caderas con lentitud; contuve un jadeo al verlo y
continué succionando su sexo, masturbándole con rapidez mientras chupaba su
virilidad. Él dejó una mano sobre mi cabeza, tirando suavemente de mi pelo,
mientras gemía un poco más alto, entonces decidí torturarlo un poco más,
comencé a lamer su miembro en toda su extensión, desde la base, hasta la punta,
provocando que jadeara nuevamente, enredó los dedos en mi pelo y volvió a tirar
de él nuevamente, esta vez con un poco de brusquedad, más no me importaba,
aquellos tirones no hacían nada mas que incrementar mi excitación. Volví a
introducirme su pene en la boca, regalándole vigorosas succiones mientras
rozaba mis dientes con suavidad contra la punta; Jun no pudo contenerse y dejó
escapar un gemido ronco, moviendo mi cabeza hasta abajo, haciendo que su
erección entrase aun más en mi cavidad. Sentía la punta de éste chocar justo
contra mi garganta, más no me importaba si de esta manera podía escucharle de
esta manera y sentirlo retorcerse del placer debajo de mí… Sentía como mis
pantalones me molestaban cada vez más, pues mi erección amenazaba con
reventarlos en cualquier momento. Me encontraba tan duro que me dolía, mientras
continuaba dándole placer con mis labios, intenté bajar el cierre de mis
pantalones, en un intento por liberar mi sexo; ya podía sentir las gotitas de
presemen salir de él, estaba a punto de correrse, y yo quería que lo hiciese,
quería que lo hiciese en mis labios. Alejé la mano de mis pantalones y volví a
masturbarlo, sin dejar de succionar y darle lametazos a esa porción de carne
vibrante entre sus piernas, Jun continuaba gimiendo sin parar, ahora mirándome
directamente a los ojos, entreabriendo los labios y dejando escapar otro jadeo.
Alcé una ceja y dejé de masturbarle, acariciando sus testículos con delicadeza
y aquello fue suficiente para hacerle perder el control. Con un fuerte gemido,
llegó al orgasmo, humedeciendo mi boca con su esencia; sin dejar de mirarlo a
los ojos, me lamí los labios y sonreí con malicia. Él me tomó por el brazo con
fuerza hasta dejarme a su altura
-
Ya es suficiente, ¿no crees?- comentó con la
respiración totalmente agitada, sonreí al verlo y rodeé su cuello con mis
brazos, volviéndole a besar. Era increíble como en cuestión de minutos me había
vuelto adicto a sus besos, al sabor de sus labios y a la suavidad de su lengua.
Mientras nos besábamos con ardor, sentí sus manos en torno a mis caderas,
ayudándome a despojarme de las pocas prendas que me quedaban, yo hice lo mismo
con las suyas, por fin dejándonos en completa desnudez. Jun se encontraba
encima de mi, acariciándome con tortuosa lentitud mientras sus labios se
posaban en mi cuello; suspiré al sentir el roce de su lengua, sintiendo cosas
que creí inimaginables; era como si él conociese mi cuerpo, cada vez que sentía
el roce de sus manos en cualquier lugar, me estremecía sin poder evitarlo.
Llevó una mano hasta mi sexo y comenzó a masturbarme lentamente, su mano se
deslizaba de arriba hacia abajo por toda la longitud de mi endurecido y
humedecido miembro, arqueé la espalda y gemí contra sus labios, sosteniéndome
con fuerza de su espalda; moviendo las caderas con lentitud, queriendo más
-
Aaah… Jun…- susurré con un gemido, el jadeó al
escucharme
-
¿Quieres más?- musitó en un tono bajo. Solo me limité
a asentir, pues las palabras no me salían; él se acomodó encima de mí, haciendo
que mi erección rozara contra su miembro, sin dejar de masturbarme. Volví a
gemir un poco más alto y con una mano, me sostuve del brazo del sofá; en un
intento por no perder el control, pero el sentir la calidez de su pene, su
rigidez, y como resbalaba contra el mío por el líquido pre-seminal, era
imposible el no enloquecer. Abrí un poco las piernas y mordí mi labio,
deshaciéndome en suspiros y jadeos mientras llenaba su mano y su miembro con
mis fluidos. Su móvil comenzó a sonar, a lo mejor tenia que ser Sho, él lo
miró, enarcó una ceja mientras lo tomaba y lo apagó; no pude evitar sonreír
ante ese gesto, pues a pesar de todo prefería continuar conmigo.
Había llegado el momento. Me
sentía un poco nervioso, pues según había escuchado, esto dolía terriblemente.
Él pareció notar mi preocupación
-
Descuida, intentaré lo posible porque no sientas tanto
dolor- dijo antes de darme un suave beso en los labios. Este fue muy distinto a
los anteriores, estaba lleno de ternura, con una delicadeza casi sublime
-
Confío en ti…- musité casi en un susurro. Ambos nos
miramos y sonreímos antes de besarnos nuevamente, Jun volvió a acariciar mi
sexo, humedeciendo su mano con mis fluidos, supongo que para usarlo como
lubricante. Cerré los ojos con fuerza cuando sentí uno de sus dedos penetrar
con lentitud, fue tanto el dolor que se me llenaron los ojos de lágrimas; él
comenzó a mover el dedo con delicadeza, haciéndome gritar en cuanto penetró con
el segundo
-
Relájate Daiki, o te dolerá más…- susurró. Era la
primera vez que decía mi nombre y se escuchaba endemoniadamente sexy cuando
salía de sus labios. Asentí y lo besé apasionadamente, introduciendo la lengua
en su cavidad y acariciando suavemente la suya; sus dedos continuaban entrando
y saliendo con lentitud, haciéndome desear más
-
Hazlo ya- dije contra sus labios
-
¿Estás seguro?
-
Maldita sea Jun, no preguntes y hazlo ya- puse los
ojos en blanco y él sonrió, retirando los dedos de mi entrada y abriendo mis
piernas por completo. Me estremecí al sentir la punta de su rigidez contra mi
entrada y de una sola estocada estuvo dentro de mí; él gimió sonoramente, más
yo emití un jadeo de dolor, no me quejé pues yo mismo lo pedí y él me dio
justamente lo que quería.
Comenzó a propinarme lentas
estocadas, mientras acariciaba una de mis piernas, besando mi cuello con ardor,
haciendo todas estas cosas para que olvidase el dolor, y lo consiguió, pues me
encontraba jadeante, moviendo las caderas, pidiéndole más. Jun se acomodó,
quedando de rodillas sobre el sofá y levantó mis caderas, penetrándome con más
rapidez y con más profundidad. De mi garganta salían gemidos enloquecidos, mi
respiración se tornó costosa y totalmente agitada y la vista se me nublaba; aun
así solo hacia pedir por más. Él tomó una de mis piernas y la subió en su
hombro, dejando sus manos en mis caderas y moviéndolas a su ritmo… era
delicioso el sentirlo entrar y salir de mi cuerpo con rapidez, él gemía con cada
embestida, al igual que yo también, que susurraba incoherencias mientras
jadeaba sin parar. Levanté una mano y le aparté el flequillo de la frente ya
humedecida por el sudor, quería ver el rostro de mi amante, quería ver los
gestos que hacía cada vez que emitía un jadeo. Lo deseaba, lo deseaba demasiado
y el hacer el amor con él, me lo confirmaba.
El ritmo de sus embestidas
había aumentado favorablemente, una de mis manos se hallaba sobre el espaldar
del sofá y con la otra intentaba acallar mis jadeos, no pude evitar sonrojarme
cuando recorrió mi cuerpo con una mirada lasciva, lamiendo sus labios después
-
Aparta tu mano, me encantan los sonidos que haces-
susurró con dificultad. Aquello fue suficiente para darle rienda suelta a mis
jadeos, luego el salió de mi cuerpo; lo miré con una interrogante y Jun se
encogió de hombros. En silencio, me tomó de la mano hasta sentarme en el sofá-
quiero que te pongas a cuatro patas…- susurró en mi oído
-
Hentai…- dije sin aliento. Me sentía levemente
agotado, probablemente el también, pero ninguno de los dos tenia la mínima
intención de parar. Le obedecí y me apoyé de uno de los brazos del sofá,
quedándome de rodillas frente a él
-
Exacto, perra- escuché que dijo a mis espaldas, dejó
sus manos sobre las mías y volvió a penetrarme, esta vez sin cuidado alguno.
Ambos gemimos al unísono, comencé a mover las caderas, y él hizo lo mismo, propinándome
salvajes estocadas que me hacían estremecer, aquello estaba fuera de control.
El miembro de Jun entraba y salía una y otra vez, golpeando sádicamente mis
paredes y causándome un indescriptible placer, al paso que íbamos no iba a
soportar mucho, mis gemidos se habían vuelto gritos delirantes, mi erección se
encontraba húmeda, y sabia que en cualquier momento terminaría, pues estaba a
punto de estallar
-
Uhm… así… así Jun… más…- gemí- fuerte…- susurré
entrecortadamente. Sentí una de sus manos envolver mi desatendido miembro y
acariciarlo con urgencia, uniendo esto a sus movimientos de cadera, era
simplemente el paraíso, nada se comparaba con esto. Continuó penetrándome con
frenéticas estocadas, mientras yo disfrutaba al máximo… Cerré los ojos con
fuerza y me sostuve del sofá mientras volvía a correrme en su mano, suspirando
al sentir como su semilla se esparcía dentro de mí.
Me dejé caer sin cuidado
alguno, luchando por encontrar algo de aire. El único sonido que se escuchaba
era el de nuestras respiraciones algo agitadas, él se quedó encima de mi, pero
en cuestión de segundos dejé de sentir su peso, y la sensación de tenerlo
dentro de mi, lentamente me estaba quedando dormido…
Al abrir los ojos me di
cuenta de que estaba en una habitación que no era la mía, entonces al ver a mi
sempai dormir placidamente a mi lado, lo recordé todo, sintiendo como mis
mejillas se ruborizaban violentamente. Sin poder evitarlo, acaricié su cabello
con suavidad, él se despertó y esbozó una leve sonrisa
-
¿Te sientes bien?- preguntó con la voz algo adormilada
-
Si, me duele un poco la espalda, pero, está todo
bien…- contesté en voz baja- en mi casa van a matarme- agregué con un suspiro
-
No lo creo. Si lo hacen, te quedas aquí- me guiñó un
ojo
-
Soy yo quien no lo cree. Si me tienes aquí, espantaré
a tus “visitas”- él rió al escucharme
-
Descuida, llamé a tu casa y les dije que te dormiste
aquí, que me dio pena despertarte y que te dejaría aquí- me informó
-
Gracias- le di un beso en la mejilla y suspiré
-
Y ahora, a dormir- me colocó la cabeza en la almohada
y sonreí. Se que para él esto fue una noche más con otra persona más, más para
mi había sido algo especial, había sido mi primera vez y me alegraba
enormemente que hubiese sido con él.
Desde aquel entonces
nuestros encuentros se daban con más frecuencia, no podía negar que me
fascinaba el hecho de que siempre fuese él quien me llamara, pero sabia que no
era más que quien le bajaba la calentura, más a mi no me importaba, pues me
encantaba hacer el amor con él. Estaba totalmente encadenado a esto, y cada día
quería más, más de él, de su sadismo, de su maldad…
nunca había leido esta pareja asi que me dió curiosidad y... Mi ídolo *-* Si vieras como me has dejado...
ResponderEliminarPero cómo puede ser tan hentai!? Lemon!!!!!! *O* Y que lemon... Pero cómo puede ser tan hentai!? (si, me repito XD)
jejejejejejeje a Daiki le gusta que le den duro *O* Y a mi me gusta leer esto y todo lo que escribís
Quiero la segunda parte *-*
Okey es la primeravez k paso a esté blog o_O __ y no puedo creer lok acabo de leer kyaaaaaaaa es la primera vez k leo está pareja o_O el lemon estuvo tan asdasdasdas __
ResponderEliminarKyaaaaaaaa Hentaii >///<__Daiki dios te gusta k te den duro he ;-) __kyaaaaaaaa contiii quiero contii ya __ eres genial